viernes, 30 de diciembre de 2011

Mágica visión

          
           


El estado silencioso de la meditación
nos lleva a lugares quizás desconocidos,
y también nos proyecta la mágica visión
de ese inmenso túnel del pasado vivido.

¿Quién es aquel,
que subiendo la cuesta de la edad
sin medir la distancia recorrida del tiempo,
cabalgando en los recuerdos
no es como un jinete solitario en el silencio?

Somos los viajeros andantes sin salir
del sitio literal donde nos encontramos,
nos embarcamos en la mente para ir
a lugares de ensueños  muy lejanos.

Soñar no cuesta nada y es verdad
a la imaginación nada le ha costado,
cuántos mares y océanos cruzamos
en un amanecer con sus primeros rayos.

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
Puerto La Cruz, 14 de Abril año 2007.-

viernes, 23 de diciembre de 2011

Nochebuena

              

En cada Nochebuena y navidad
se hizo tradición desde el pasado,
que se exprese la fraternidad
con abrazos cariñosos y regalos.                               

Teniendo como escudo el nacimiento
del niño Jesús hijo de María,
lo celebramos como divino evento
con un fervor profundo y alegría. 

Jesucristo hijo de “Dios“ es el mecías
que vino enviado a redimir el mundo,
siendo un niño, con sabios discutía   
a quienes sorprendió su saber profundo.                                 

Sabemos de su infancia hasta su niñez
su edad adolescente la ignoramos,
las escrituras hablan de su madurez
y de su sabiduría para enseñarnos. 

La palabra de “Dios” siendo vital
porque su contenido es el amor,
el ser humano siendo tridimensional
no la acepta en toda su extensión.        

La palabra de “Dios” es la enseñanza
que Jesucristo nos dejó como herencia,
para que vivamos en paz y esperanza
porque el amor no tiene diferencias. 

Al buscar la esencia del porqué
estamos siempre prestos a destruirnos, 
encontramos espíritus sin amor y sin fe 
que al cuerpo le cierra los sentidos. 

Las falsas enseñanzas dejan el vacío
que separan la verdad de la razón,  
las conveniencias son fruto del desvío
de una sociedad llena de confusión. 

La Nochebuena y navidad es alegría
que se extiende por todos los lugares,
a unos llega con las manos vacías
y a otros con juguetes y manjares.

He aquí algunas de las causas
que han confundido el verdadero amor
por engañar la inocencia de la infancia
comerciando con su alegría y su dolor. 

Si Jesucristo vuelve a nosotros ¿qué diría?
tal vez que hemos vivido equivocados,
porque el amor no es una fantasía
que se pueda comprar en los mercados.   

El  verdadero amor nunca divide
es el lazo más fuerte para unirnos,
su enseñanza Divina no coincide
con la cruel diferencia entre los niños. 

Si “Él” fuera el autor de Nochebuena
y en su nombre mandara los regalos,
padres pobres no tendrían la pena
de ver a tantos niños tristes marginados.                                

Lucila Lárez Fariñas

de Gutiérrez

viernes, 16 de diciembre de 2011

Distinta Navidad

      

Cantares navideños reflejan la alegría,
se escuchan campanadas allá en la catedral,
y las cuento, son doce comienza un nuevo día
yo aislada en este Centro comienzo a suspirar, 

...y la resignación vuelve dándome aliento.

Estamos en Diciembre se acerca el veinticuatro,
y pienso en la tristeza que hay allá en mi hogar,
el ambiente recoge aires de tradición,
está libre el camino sin poder caminar. 

...y la resignación vuelve dándome aliento.  

Veo al niño Jesús imaginariamente,
con todo un cargamento y acaricio en mi sueño,
la ilusión de mi hogar de mis niños pequeños,
la cama me tortura el dolor no lo siento,
y la resignación vuelve dándome aliento.

 Largas noches de insomnio sin la noción del tiempo,
horas interminables que las prolonga el mal,
la causa de mi pena aquí en el hospital,
es el dolor que siento en esta nochebuena,

y la resignación vuelve dándome aliento... 

El alba nos despierta a todos por igual,
con ella todo es nuevo bajo la luz del sol,
pero es viejo el dolor culpable del tormento,
que llegó fácilmente para marcar mi cuerpo,
y la resignación vuelve dándome aliento. 

Los días se hacen meses los meses son los siglos,
el desvelo aparece el sueño no concilio,
¡como quisiera estar al lado de mis hijos!
estar allá en mi hogar para verlos contentos,
y la resinación vuelve dándome aliento. 

Llegó la noche buena siento la diferencia,
me acompañan mis hijos cargados de inocencia,
también están, mi esposo mi madre, mi hermana Ana,
aquí en la habitación llenos de sentimiento,
y la resinación vuelve dándome aliento. 

Durante todo el año hay muchos treinta y uno,
pero al llegar Diciembre como ése ninguno,
él nos marca un final víspera de un comienzo,
me grita ¡se va el año! dejándote un tormento,
y la resinación vuelve dándome aliento. 

La ilusión con la fe vencen a la tristeza,
se exalta la alegría se alimentan promesas,
es la fecha de encuentro se olvidan las ofensas,
se acarician recuerdos de años que han pasado,  

y la resignación vuelve dándome aliento… 

Y llegó el año nuevo cargado de esperanzas,
para todos los pueblos que elevan alabanzas,
al “Dios” tan poderoso rogando amor y paz,
sanando los dolores que llevamos por dentro,
y la resignación vuelve dándome aliento.

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez 
Puerto La cruz, Dic. 1982

 

viernes, 9 de diciembre de 2011

Canto a la madre (canción)

                  

¡Madre! todos los días,
quiero ofrecerte mi más dulce inspiración,
sin tu presencia no existiría
en los jardines el perfume ni el color. 

Nadie comprendería
como la vida desafió tu gran valor,
sólo tu valentía
siempre ha vencido la adversidad y el dolor.

Yo te comprendo, madre querida,
porque la vida, mucho me ha hablado de tu sagrada misión,
gracias al cielo porque te tengo
y te agradezco el ejemplo de tu amor. 

Cuanta ternura hay en tus ojos
para mirar el fruto de tus entrañas,
tienen tus besos igual frescura
que el manantial que brota de las montañas. 

En este día que se le rinde
un homenaje a ese ser que es tan querido,
elevo al cielo una plegaria
por esas madres que a la eternidad se han ido.

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

viernes, 2 de diciembre de 2011

Autobiografía (atendiendo a una solicitud)

           

Parte V
Sin embargo, muy dentro de mi ser, sin que yo lo supiera, existía un mundo similar al de afuera donde se conjugaban la felicidad de mi infancia con los avatares de la vida y los momentos de pena y dolor de mis padres y muy mayormente, cuando fallece nuestra hermanita menor (Libia) a los tres años de edad, atacada por una enfermedad conocida como “La mancha roja” la cual le deshizo la piel.  Posteriormente, bajo la lucha y la esperanza, mis padres con la ilusión de un hijo varón, tienen a Félix Rafael, quien a los 15 meses muere a consecuencia del sarampión.
Fue así como después de que un radiante día de sol diera pasó a una noche con el manto azul del cielo iluminado por una hermosa luna, los habitantes de El Clavellino fueron sorprendidos por una de las más voluminosas crecientes que se hubiese visto en el cauce de su río. El asombro pasó a estupor por cuanto ignoraban que en las altas montañas de donde se desprende el caudaloso río, allá debajo de la cortina blanca de neblina que contrastaba con el corazón negro del pico más elevado del Cerro Turimiquire, el enigma de la muerte en complicidad con uno de los fenómenos naturales y conducidos por la ironía del destino, derramaron la mayor cantidad de agua que rebosara su caudal.  De esa manera prepararon la emboscada en la cual quedaría atrapada la vida de mi padre.
Él, un hombre recio, acostumbrado a cruzarlo en cualquier circunstancia, confió en la habilidad de su caballo de monta como experto nadador, desafió su furia y sin apostar con  el destino, se lanzó con la seguridad de que no sería la última vez. Lejos estaba de imaginar siquiera, que próximo a cumplir sus cuarenta y cinco años de edad, hasta allí llegaría su coraje, su valentía, sus sueños de envejecer al lado de mi madre y de  ver crecer, madurar y cosechar los  frutos que en el seno de su hogar apenas comenzaban a levantarse como una numerosa familia, merecedora de su amor, su orientación y disciplina y sobre todo, de su acertada filosofía de la vida, que a esa altura del tiempo le había transmitido a sus dos hijas mayores Elvia y Lucila.
Lucila Lárez Fariñas
         de Gutiérrez

viernes, 25 de noviembre de 2011

Sin Rumbo (Canción)

            
                          
En medio del silencio
y de la noche fría,
con tanta soledad
mi corazón lloró,
sin saber hacia donde
mi espiritu se iría,
porque así sin rumbo
tu ausencia me dejó. 

Y así he de seguir
hasta que llegue el fin,
que aunque no lo esperemos
el siempre ha de llegar,
y si nunca jamás
vuelvo a saber de ti,
no olvides que en mi mundo
no te dejé de amar.
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

viernes, 18 de noviembre de 2011

Autobiografía (atendiendo a una solicitud)

                        

Parte IV
Recuerdo claramente nuestra estadía en esa zona cafetera, en medio de la alta montaña donde habían fundado un caserío llamado “Juajuillar”. Desde mi infancia alegre, llena de un espíritu de inquietud y vivacidad, con a pena 3 años de edad, ya empezaba a identificarme con la naturaleza; con sus diversas formas y expresiones. Desde siempre he sido vulnerable a su magia, su sabiduría y su poder de atracción. Tal vez es esa la razón de que la imagen de todos esos lugares donde transcurrió mi infancia, mi niñez y pre-adolescencia, quedaran grabados en mi memoria, como el primer escenario de mi vida, donde actué llena de felicidad, rodeada de una vegetación con jardines silvestres.
Una increíble variedad de flores con colores, formas y tamaños diferentes; enredaderas que coronaban los copiosos y elevados árboles, al tiempo que  sus diminutas flores cubrían como alfombras los caminos que los enjambres de abejas invadían en busca del polen para procesar la miel en sus panales. El trinar de los pájaros con plumajes distintos deleitaban con su canto ocultos en las ramas de los árboles o en los arbustos a la orilla de arroyos y riachuelos que deslizaban sus aguas cristalinas como serpientes protegidas por la sombra de una vegetacion siempre fresca que convivía con los cafetales de frutos maduros con su olor característico y su color fresa contrastando el verde fuerte de sus hojas.

      

Es este el cuadro que ha perdurado en mi vida y que al recordarlo me veo como parte de él, en compañía de mi hermana Elvia (la mayor) como almas gemelas que se han mantenido unidas aún en la distancia. Esos lugares fueron el paraíso para aquellas niñas que hasta los 6 y 8 años las tuvo cautivas.
Lucila Lárez Fariñas
de  Gutiérrez 

viernes, 11 de noviembre de 2011

Desilusión (canción)

                       
Cuanta desilusión,
la soledad me agobia,
frente a la multitud
que mi tristeza ignora.

A quién puede importarle
lo mucho que he  sufrido,
qué le interesa a nadie
todo lo que he perdido.

Soy feliz frente al mundo
vivo como el payaso,
la risa a flor de labios
y el alma hecha pedazo.  bis

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

viernes, 4 de noviembre de 2011

Autobiografía (atendiendo a una solicitud)


Parte III
... Ocho años más adelante, Félix y Josefa contraen matrimonio en el mes de Agosto de 1933 y deciden establecer su hogar en El Clavellino a partir de 1935 hasta 1940. Para entonces tenían una familia de 3 hijas que, en orden de aparición son: Elvia, Lucila y Libia. En este año (1940), mi padre decide marcharse a Caripito Estado Monagas, con un grupo de familiares y amigos, con la esperanza de encontrar trabajo en las petroleras que recién habían comenzado su explotación. No tuvo la misma suerte de muchos, teniendo que regresar azotado por el paludismo, que se había concentrado en esa parte del país.
Sin lograr un total restablecimiento, toma la decisión de irse con su mujer y sus tres hijas a una zona cafetera en las montañas del Turimiquire en  busca de la sobre-vivencia de la familia. El país se encontraba bajo el clima del régimen dictatorial del general JUAN VICENTE GÓMEZ, lo cual se conjugaba estrechamente con las diversas epidemias que atacaban ferozmente a los sectores rurales, asiento de las clases más desposeídas del país que era casi la totalidad de la población y cuyos ingresos dependían de sus siembras de mayor escala unos y pequeños huertos los otros, contando con el apoyo de los medianos comerciantes, a quienes les empeñaban sus cultivos para poder llegar a la cosecha.

De esa manera sobrevivían los pueblos y sus gentes; retroalimentándose unos con otros, interrelación posible siempre y cuando se presentaran buenos tiempos climáticos que favoreciera a la agricultura. Pero en esa etapa de dificultades antes señaladas, se agravó la situación por la escasez de alimentos luego de 5 años de sequía, o lo que nosotros conocemos como verano. Los campesinos no contaban con sistemas de riego ni ninguna ayuda gubernamental que les permitiera cultivar la tierra, aunque fuera para el sustento exclusivo de su familia. Eso obligó al desplazamiento, cuando solo tenían como único recurso de consumo, las semillas de cereales y tubérculos, que acostumbraban guardar como reserva para las siembras, a pesar que no eran apropiadas para la alimentación, ya que ni uno ni otro al cocinarlos se ablandaban, sus reservas alimenticias eran mínimas.

    Lucila Lárez Fariñas
    de Gutiérrez

viernes, 28 de octubre de 2011

Lo que yo siento



Mis llanos con agua y palma
es vida alma y belleza,
Venezuela es un tesoro
con un traje de pobreza. 

En su extensa geografía
se abren amplios horizontes,
con flora, fauna y sus ríos
de torrenciales corrientes.                          

El pecho se me agiganta
contemplando los garceros,
y oyendo a la paraulata
cantando sobre el estero. 

Y me alejo de los llanos
en mi caballo que vuela,
símbolo de libertad
que es el sello de mi tierra. 

Y paso a las cordilleras
de los andes mirandinos,
también en esas laderas
son trillados los caminos. 

Cuando dejo el occidente
y me dirijo hacia el sur,
al paso por el oriente
me instalo en Puerto la Cruz. 

El corazón se me agita
como un potro cimarrón,
viendo como la injusticia
galopa aquí en mi nación. 

“Dios” no tiene diferencias
para “Él” nadie es primero,
su corazón es tan grande
que le cabe el mundo entero.              

A todos nos dio lo mismo
nos hizo a su semejanza,
nos enseñó que el amor 
no conoce la venganza.           

Si nos amamos de veras
y hacemos su voluntad,
confiemos que en esta tierra
en vez de guerra habrá paz. 

En sus manos está mi pueblo
sin armamento y sin tropas,
Él sabe lo que yo siento
cuando improviso estas coplas. 

 Lucila Lárez Fariñas
de  Gutiérrez

viernes, 21 de octubre de 2011

Autobiografía (atendiendo a una solicitud)


Parte II

Mi padre, Felix Eloy Lárez, nació el 20 de Noviembre del año 1910, en la isla de Margarita Estado Nueva Esparta, Venezuela.  Fue hijo natural de Leocadio Fermín y Olimpia Lárez, ambos nativos de esta isla. Desde los diez años de edad se aleja de su cuna insular en 1920, bajo la tutela de un tío materno que lo lleva con él y se instalan con la familia en las zonas cafeteras de Caripe el Guácharo en el Estado Monagas. Caripe se encuentra en los límites con el Estado Sucre y sus linderos están inmediatos a los Municipios Santa María y Santa Cruz y por ende, al caserío El Clavellino.
Fue allí en El Clavellino donde conoció a mi madre, Josefa María Fariñas, nacida en ese lugar el 18 de septiembre de 1918, hija ilegítima de Ana Josefa Fariñas y Ruperto Villahermosa, quienes tenían varios hijos y gozaban del aprecio, respeto y consideración de las familias que como ellos, se ubicaban como clase media por su nivel económico-social y que poblaban los Municipios: Santa Cruz, Santa María, Muelle de Cariaco y los Distritos: Rivero y Bermúdez cuyas capitales son Cariaco y Carúpano respectivamente. Todas estas poblaciones y ciudades, entre las que se contaba el Clavellino, fueron fundadas por los españoles en época de la conquista.
No hablar de todos los atributos de este lugar, sería no sólo negar mi procedencia, si no también mi propia existencia y yo existo, llevando conmigo toda su imagen pintoresca como el primer escenario donde hice mi debut cuando empecé a actuar en el teatro de mi vida. Con sus casas de estilo colonial de altos portales y románticos zaguanes, cuyas fachadas conservaban la huella con gran nitidez del arte y la cultura de España, así como el característico perfil de sus mujeres y la valentía de sus hombres en el ruedo, rodilla en tierra, desafiando la bravura de un toro de casta escarbando la tierra amarilla, sin perder de vista la verónica que le invita a medir sus fuerzas con la inteligencia del brazo que la agita.
  
Esa estructura humanizada, de ninguna manera opacaba el marco de un paisaje hermoso, donde la naturaleza se destacaba a través de sus enredaderas con flores silvestres multicolores, que abrazaban los alambrados de púa sujetos a los gruesos tallos de frondosos bucares, que al florecer teñían de naranja y ladrillo el amplio y largo camino de arenas espesas. Su color rojizo aumentaba bajo los fulgurantes rayos del sol que se extendía desde la salida de la calle principal hasta los playones de piedras blanquecinas bañadas por las cristalinas aguas del caudaloso río que se deslizaba majestuoso, al tiempo que invitaba a nativos y extraños al disfrute del baño refrescante en sus aguas siempre frías  bajo las sombras tupidas por las ramas de los árboles que a nivel de ambas orillas se abrazaban para tejer un techo vegetal.
Los gigantescos bambúes inclinados sobre sus orillas, al  balancearse parecía que bailaban al son de la corriente. Era todo un conjunto de atributos naturales que el Creador concentró en ese rincón de la tierra, que unidos a la hospitalidad de sus habitantes, aumentaba el atractivo que llenaba de inspiración poética e impulsaba el talento y la creatividad del pintor, para plasmar en su lienzo, la belleza destacada  en sus amaneceres,  a pleno medio día  o en ese atardecer sereno, que se iba lentamente escoltado por el rumor del río que jamás se dejaba de escuchar. Era como el repicar de los rieles de un tranvía que va a toda velocidad devorando camino sin detenerse ni un instante, pero que nunca se termina de ir y siempre tiene vagones vacíos para cargar con cuanto encuentra a su paso, y muy especialmente en la  época de tormentosas lluvias que aumentaban considerablemente su caudal. Se transformaba entonces en un león rugiente que con su fuerza y voracidad y que amparado bajo la sombra de la noche y la espesa vegetación que le coronaba, era  muy difícil que cualquier víctima pudiera defenderse de sus garras.

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
04/12/2008

sábado, 15 de octubre de 2011

Exaltación a la maternidad

                  

¡OH! Misión consagrada a la maternidad
Esa fuente divina que fluye del amor,
relámpago que alumbra con la fertilidad
para el fiel cumplimiento de la procreación. 

Es un rayo de sol es gota de cristal,
es mirar hacia adentro en plena oscuridad,
es oler una flor sosteniendo el aliento
es sentir el dolor y saberlo ocultar. 

Es abrazar al mundo sin los brazos tender,
es dar el corazón sin sacarlo del pecho,
es sentir muy profundo la magia de poder
alcanzar una estrella desde su propio lecho. 

Es saborear el triunfo en medio del fracaso,
es sentir valentía temblando de temor,
es sentir las espinas que hacen sangrar su brazo
para tener la dicha de alcanzar una flor. 

Es la naturaleza que todo lo ha medido
bajo leyes que rigen con razones extrañas,
contrariando a la mujer que no ha sentido
la dulce sensación de un hijo en sus entrañas. 

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez 

Puerto La Cruz, año 1983.-

Luego de dos años...

No es fácil abrir la puerta de la antesala de una obra literaria cuando se trata de una primera edición. Sin embargo, la misma pasión y...