viernes, 24 de febrero de 2012

Soñé contigo (Canto a mi padre)


Yo quiero cantarle al sol
y a toditas las estrellas,
quiero cantarle al camino
donde dejaste tus huellas.

Las que el tiempo no han borrado
ni las borrará jamás,
con las aguas tormentosas
en tiempo de tempestad.

El aliento de un suspiro
de una lágrima y un verso,
es porque yo estoy contigo
aunque sólo sea en sueño.      Bis

No hay ausencia ni distancia
porque te llevo en la mente,
y así en cualquier circunstancia
siento que tú estás presente.

Tu imagen gallarda y fuerte
que se grabó en mis pupilas,
se borraran con la muerte
yo te quiero mientras viva.

Y así guardo los recuerdos
que llevo en el pensamiento,
y te los mando en suspiros
mi mensajero es el viento.      bis

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

viernes, 17 de febrero de 2012

Simplemente soy

       
      

Soy como el ave que dejó su nido
y el Atlántico cruzó en un vuelo,
para llegar a un país desconocido
con la misma tierra y el mismo cielo.

Soy como el jugador que perdió el juego
y sigue deambulando en la noche oscura,
apostando a las estrellas en el cielo
su único capital: una guitarra muda.

Soy como el borracho que siente la torpeza
del niño que apura sus primeros pasos,
cuando intenta hacer sus primeras letras
o por primera vez amarra sus zapatos.

Soy como el mendigo que estiró la mano
cuando miró que alguien se acercaba,
con la esperanza que le dieran algo
y el que era pasó sin dejarle nada.

Soy como la ilusión que alimenta la fe
donde la luz que alumbra es la esperanza,
apagándose sin saber cómo ni por qué
porque la respuesta fue la desconfianza.

Soy como el deseo y la buena intención
que se forja en la mente hasta lograr hacer,
que se ejerza el Divino Poder de creación
que son dones del hombre y la mujer.

Soy como el eco del grito en el silencio
y el que lo lanza es quien lo recibe,
soy como el dolor que se lleva por dentro
cuando el mal que lo causa es irreversible.

Soy como el soldado que perdió la guerra
y vuelve con la pena que causa la derrota,
con el Dios que invocó al salir de su tierra
para seguirlo amando con el alma rota.

Soy como el árbol trémulo en el otoño
soportando los azotes que da el viento,
desnudo soportará el invierno sin retoño
y al volver la primavera ya estará seco.

Soy como el pecador que se causó la pena
del juicio que jamás tendrá un perdón,
y pasa el tiempo mirando por las rejas
el único consuelo que tiene en la prisión.

Soy como el forastero sentado en la acera
desorientado sin saber cómo podrá seguir,
esperando que se acerque cualesquiera
que con cariño le oriente sin mentir.

Soy como aquel que recibió el abrigo
aquella noche que sufrió de frío,
y ese buen gesto lo tiró al olvido
por ser de espíritu mezquino y vacío.

Soy como el reo que vive encarcelado
porque él mismo se negó la libertad,
y teme dar consejo a sus seres amados
porque perdió la autoridad moral.

Soy como el inocente que se siente culpable
y que es culpable porque así se siente,
frente al culpable que se libra de culpa
escondiendo su culpa detrás del inocente.

Soy como el sediento al que ofrecen vino
viajero que sin dinero busca una posada,
y se olvida que en todos los caminos
pocos ofrecen ni dan nada por nada.

Soy como el labrador que aró la tierra
y sembró la semilla al tiempo justo,
y se alejó de ella para que creciera
y después siente pena al recoger los frutos.

Soy como el viento convertido en tornado
como la lluvia torrencial que arranca el huerto,
como el fuego con sus llamas acabando todo
un fenómeno humano que perdió el aliento.

Soy el simplemente soy, hasta que Dios quiera
que el plan cósmico, cualquier ley me aplique,
con tantos muertos qua se tragado la tierra
cuando me trague a mí, que me vomite.

Lucila de Gutiérrez
Lárez Fariñas

viernes, 10 de febrero de 2012

Mi desvelo


Estoy como alondra triste
en una jaula encerrada,
recordando que no fuiste
a donde yo te esperaba. 

Me traiciona el subconsciente
cuando pronuncio tu nombre,
pensé que podía olvidarte
pero tienes muchos dobles. 

Sé que nunca me quisiste
por eso fue mi tormento,
mil veces me lo dijiste
a través de tu silencio. 

Tú no me hiciste promesas
creí que te las callabas,
me llenaste de tristeza
y siguen siendo mi carga. 

Mi espíritu, un soñador
soñaba con las estrella
desperté bajo tu cielo
donde alumbran las centellas.                           

Cuando yo hablaba de sueños
siempre tú estabas dormido,
fuiste ajeno a los empeños
que alcanzan los objetivos. 

El sueño está en el amor
que se convierte en delirio,
que es fruto de la pasión
que tú y yo nunca vivimos. 

Sola vivo de recuerdos
pasando noches en vela,
nunca brillará mi cielo
tú apagaste sus estrellas. 

Lucila Lárez Fariñas
de  Gutiérrez

viernes, 3 de febrero de 2012

Mar y Sabana

 
                        Me fui a la orilla del mar
un día por la mañana,
y al ver su serenidad
me acordé de mi sabana. 

Al ver a los pescadores
luchando con su atarraya
pensé en el ordeñador,
preparando su cuajada. 

Al mirar al alcatraz
volando sobre las aguas,
recordé a mi alcaraván
cantando  bajo la palma. 

Y el rancho del pescador
en la orilla de la playa,
no tiene el mismo valor
si no tiene su atarraya. 

En la casa del llanero
en la sabana tan sola,
no existe vida y calor
sin un manojo de soga. 

Es un tesoro mi llano
con rebaños y potreros,
el mar es fuente de vida
de todos los marineros. 

Ese cielo azul celeste
techo de ese mar bravío,
es el mismo que cobija
a los llanos y a sus ríos. 

Enigmático es el mar
con sus aguas tan saladas,
el jagüey del morichal
es de agua ensangrentada. 

Con las espigas al viento
el llano me hace soñar,
con sus lagunas tendidas
que bañan el morichal. 

Así a la luz de la luna
cuando se baña en el mar,
con el rumor de las olas
el alma empieza a volar. 

Son dos vidas muy distintas
el mundo así opinaría,
la sabana siempre firme
donde seguro has de andar,
y en aguas del mar profundo
tu barco naufragaría,
si vemos al fin de cuenta
a tierra te ha de tragar. 

Entre mar y tierra firme
esta vida siempre bella,
amor inmenso que inspira
la gran Obra del señor,
mi espíritu soñador
y el cielo lleno de estrellas,
aquí le confío a ellas
lo que tengo y lo que soy. 

Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez

Luego de dos años...

No es fácil abrir la puerta de la antesala de una obra literaria cuando se trata de una primera edición. Sin embargo, la misma pasión y...