Padre Nuestro que quisiste darnos
la dicha de vivir para adorarte,
con alma y corazón llenos de fe
sabiendo que Tú estás en todas partes.
En la luz, en el aire y en las aguas,
en el fuego del amor Divino,
en la llama del saber y la virtud,
en las cuencas del bien y la justicia,
la fuente eterna que corre por vertientes
encausadas a nobles pensamientos,
de los seres fieles y constantes
que anteponen el ruego de un perdón,
y poder levantar su rostro ante Ti
para luego ofrecerte una oración.
¡OH Dios! de infinito poder,
que conoces nuestra imperfección,
que aún vigilantes para no ofenderte,
sin querer caemos en error.
Te pedimos Padre Omnipotente,
que si no merecemos acercarnos a tu trono,
dejes el pórtico abierto de tu templo,
para nunca dejar de contemplarte.
Lucila Lárez Fariñas
de Gutiérrez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor comparte tus comentarios: